viernes, 30 de marzo de 2012

“Por favor, ayudarme a encontrar trabajo”

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En Suiza, además del 143, en idioma local, existe en español el Teléfono de la Esperanza.

En Suiza, además del 143, en idioma local, existe en español el Teléfono de la Esperanza. (Keystone)

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Por Patricia Islas, swissinfo.ch


En Zúrich existe una antena del Teléfono de la Esperanza desde hace siete años que atiende a la comunidad hispanófona. Las preocupaciones principales de los que llaman son de índole jurídica y conflictos interfamiliares.

En los últimos meses se constata un incremento en el número de personas que desde España buscan apoyo para encontrar trabajo en Suiza, explica la presidenta del Teléfono de la Esperanza en Zúrich, Soledad Franco.

El Teléfono de la Esperanza conmemora este 2012 sus 40 años de existencia y en ese marco, el Rey de España, Juan Carlos I, encabeza el comité de honor de las celebraciones de esta iniciativa ibérica que hoy se extiende a ocho países de América Latina y, en Europa, a Portugal, Gran Bretaña y Suiza.
Desde Zúrich, 35 voluntarios participan en la labor de escuchar a las personas que buscan en español una voz atenta al marcar el número 043 817 65 65, en funcionamiento desde 2005.

swissinfo.ch: El Teléfono de la Esperanza pudiera servir de barómetro del estado emocional de la comunidad hispanófona en Suiza. ¿Qué le preocupa al que llama?

Soledad Franco: La inseguridad jurídica y el desconocimiento de las leyes suizas son el tema principal. Nuestros voluntarios tienen que informarse sobre la Ley de Divorcio, la Ley de Asilo, los derechos de los inmigrantes, puesto que la llamada más usual se debe a problemas jurídicos. Las personas necesitan información sobre el permiso de estancia en Suiza y sobre sus derechos en este país.
La segunda llamada más frecuente  tiene origen en problemas relacionales y familiares. “Mis hijos no me escuchan”, “he descubierto que mi hijo bebe mucho”, o “toma drogas”, o “Mi marido es suizo, yo, latina: no nos entendemos, discutimos”.

swissinfo.ch: Ante la evidencia de que en Suiza la mitad de los matrimonios son binacionales, ¿cuáles son entonces las inquietudes frecuentes de este grupo de clientela?

S.F.: Hay tantas preocupaciones como parejas. Las personas que llaman se encuentran con diferencias culturales que necesitan mucha concertación y mucho diálogo.
No se repiten las llamadas, solo las temáticas. Se trata de problemas cotidianos, la confrontación con costumbres diferentes en el día a día, y que van pesando en la relación de pareja. Es muy individual: “Mi marido sale con los compañeros de trabajo, pero no conmigo”, “Mi marido se enfada cuando yo hago tal cosa…” Han llegado a llamar maridos suizos que quisieran que su mujer aprendiera alemán, por ejemplo.
Otras preguntas son: ¿Cuántas veces puedo renovar mi permiso? ¿Qué pasa si me divorcio, a qué tendría derecho?, en fin; cada llamada está generada por un problema concreto. A esto damos respuesta, pero no damos seguimiento.

swissinfo.ch: Proponen soluciones…

S.F.: No, escuchamos, hacemos despejo. Podemos ayudar a la persona mientras ella cuenta su preocupación. Le ayudamos a estructurar el problema para que ella lo vea más claro y conozca los límites del conflicto; esto es como verlo en un espejo. La persona comprende mejor su problema en el momento en el que lo explica.
Las personas que llaman están en crisis, tal vez no pueden parar de llorar, o han sido víctimas de violencia o de un abuso, están sufriendo. Muchas veces tenemos problemas que no podemos contar ni a los amigos, ni a la familia., pues tal vez no resulte conveniente porque se trata de la fuente de conflicto…

swissinfo.ch: ¿Crees que el inmigrante tiene mayores dificultades para encontrar quién le escuche?

S.F.: Ser escuchado es una necesidad humana, no es privilegio del inmigrante, lo que falta es una escucha activa.
Entre los amigos escuchamos y damos soluciones, pero no escuchamos cómo se siente la persona. Por ejemplo, una amiga le dirá a otra : “Mi hijo no duerme por las noches”. La respuesta normalmente es: “Dale esta infusión y verás qué bien duerme”. En el Teléfono de la Esperanza no damos “la solución”, sino que preguntamos “Y tú ¿cómo te sientes? ¿Te afecta que tu hijo no duerma por las noches?” Lo que atendemos es el sufrimiento de la persona. Así las personas se abren y encuentran un alivio.

swissinfo.ch: Alivio de una fuente anónima y que sabe escuchar al otro.

S.F.: Sí, la persona que hace un voluntariado está continuamente enfrentada al dolor ajeno. Es un voluntariado muy duro, pero muy reconfortante.
En España, la base teórica de este servicio es que es necesario ser un gran experto en psicología para ayudar al otro, pero en el caso de Zúrich solo tenemos psicólogos muy preparados de Latinoamérica y España y que, por lo que sea, no han encontrado la pasarela profesional en Zúrich, o ya la encontraron, pero se han quedado como voluntarios en el Teléfono de la Esperanza. Ejercer la psicología en Suiza también es un proceso. En ese estadio, mientras algunos se establecen, trabajan voluntariamente con nosotros.

swissinfo.ch: ¿Has notado que de nuevo vuelven españoles a Suiza con esta nueva crisis en Europa?

S. F.: Sí, y lo que notamos es que se ponen en contacto con nosotros mismo desde España por teléfono, por e-mail, o por Facebook. “Por favor ayudarme a encontrar trabajo”, nos escriben. Esta solicitud de ayuda se repite con frecuencia. Hay gente que quiere saber concretamente de una agencia de empleo. Otros quieren saber cuáles son las condiciones para poder venir a Suiza.

Patricia Islas, swissinfo.ch

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que grande Sole

Anónimo dijo...

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