Diario de Navarra
NOCHEBUENA PARA 200 PERSONAS GRACIAS A PARÍS 365, TELÉFONO DE LA ESPERANZA Y ALBERGUE MUNICIPAL
PAMPLONA, GORKA ALONSO - Lunes, 26 de Diciembre de 2011 -
Imagen del comedor social París 365, donde en Nochebuena cenaron medio centenar de personas. (Foto: Cedida)
LA noche ya ha caído sobre Pamplona. El Olentzero ha terminado su recorrido por las calles de la capital y está reponiendo fuerzas para enfrentarse a una larga jornada repartiendo regalos. Las familias van camino de sus casas calentando la voz para cantar villancicos y haciendo apetito para dar buena cuenta del pavo y de los turrones en buena compañía. Mientras todo esto ocurre en la ciudad, cerca de dos centenares de personas pasan la noche con esas "otras familias". Dos asociaciones benéficas y el albergue municipal ofrecieron durante Nochebuena y Navidad menús especiales para aquellos que se encuentran solos o no tienen recursos, con la intención de sacarles una sonrisa y dejar a un lado los problemas.
A las nueve de la noche del 24 de diciembre la sociedad gastronómica Gazteluleku era un hervidero. Un total de 100 personas estaban a la espera de degustar el menú especial de Nochebuena que el Teléfono de la Esperanza ofrecía. 60 hombres y 40 mujeres de muy diversas edades disfrutaron de un suculento menú navideño compuesto por langostinos, jamón y cóctel de marisco, cardo a la navarra, merluza a la plancha y pavo con pasas. Tras el banquete, los postres compuestos por un surtido de turrones, cava y licores dieron paso al baile y los villancicos.
Este fue el resultado de toda una intensa jornada de preparativos en la sociedad. Cinco voluntarios de Gazteluleku estuvieron durante todo el día 24 elaborando el menú, limpiando cardo y troceando los turrones para que quienes más lo necesitaban pudieran disfrutar de unas Navidades diferentes. Gracias a la buena voluntad de miembros de la sociedad y del Teléfono de la Esperanza, el centenar de pamploneses, en su mayoría personas que se sienten solas y que en muchos casos cuentan con recursos económicos escasos, pudieron compartir la cena de Nochebuena. "Son personas que en muchos casos no tienen familias, inmigrantes que están ellos solos o divorciados, solteros y viudos. Sobre todo son hombres con ese perfil, entre 60 y 75 años, a los que en muchos casos se les une el problema del paro y de pensiones escasas", señala Pedro Berástegui, vicepresidente del Teléfono de la Esperanza.
Pero la noche no sólo trajo consigo una buena cena y una amena velada, ya que Berástegui, quien compartió la cena con aquellos que habitualmente se sienten solos, obsequió a los asistentes con un lote compuesto por una botella de vino y una tableta de turrón, para que pudieran disfrutar en su casa de este postre navideño. Además, una pamplonesa que prefiere permanecer en el anonimato entregó un pañuelo a los hombres y un pintalabios y pintauñas a las mujeres, a modo de pequeño regalo navideño, algo que consiguió sacar la sonrisa a más de uno.
Mientras tanto, en la calle Jarauta, el comedor social París 365 también acogió a aquellas personas sin recursos, habituales del local, y les ofreció una cena diferente compuesta por entremeses fríos, langostinos a la plancha, sopa de marisco, pavo y turrón. Un menú que 50 comensales también pudieron degustar en la comida de Navidad, con entremeses, salmón marinado, menestra, corzo en salsa, turrón y sorbete de cuajada. "Vienen personas sin recursos, como durante todo el año, pero en unos días así hemos querido ofrecerles algo diferente", señala Iñaki Camino, cocinero del comedor, quien en Nochevieja repetirá al frente de los fogones.
El medio centenar de personas sin techo que se hospedan en el albergue municipal también vivieron una noche diferente, con cóctel de gambas, fritos y calamares en su tinta. Además de los 50 hospedados, también acudieron aquellos que durante una temporada estuvieron en él pero que han conseguido rehacer sus vidas. "Aquellos que se han ido del albergue, que están en pisos o en hostales pero que todavía se sienten solos también se les ha invitado a cenar", declara Rubén Unanua, director del centro.
De esta forma, los cerca de 200 comensales que asistieron a las tres cenas vivieron una Nochebuena acogedora gracias a la labor de los voluntarios que decidieron pasar la noche con esa "otra familia".
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