domingo, 25 de septiembre de 2011

Mª Regina Zavala: "La felicidad nace al servir al prójimo"

Foto de Mª Regina Zavala: "La felicidad nace al servir al prójimo" Noticia publicada en La Prensa de Honduras
Con espíritu admirable y don de servicio, una de las pioneras del Teléfono de la Esperanza, María Regina Zavala viuda de Rivera comparte sus satisfacciones y experiencias con el proyecto que ha ayudado a miles de hondureños con consejos oportunos que incluso han evitado suicidios.
Está preocupada por la pérdida de valores morales y espirituales en la juventud, pero está segura de que la forma de recuperarlos es tener mejor comunicación con los hijos y los compañeros de hogar. Cumplió 80 años este mes, pero su apariencia es de una mujer mucho más joven. Dice que su secreto para mantenerse activa y hermosa es “ser feliz”, aunque su rostro se torna triste cuando recuerda que su esposo y su hija mayor murieron de cáncer. 
Con sus principios católicos muy arraigados, la dama explica que el proyecto del teléfono nació a inicios de 2000 en una plática con monseñor Ángel Garachana y el sacerdote Mateo Clares.
Esa conversación era producto de la preocupación sobre la necesidad de orientación y guía en la sociedad cuando las personas tienen aflicciones y preocupaciones y se encuentran en un túnel sin salida y su vida pende de un hilo.
El padre Clares conocía la experiencia desarrollada con la ONG en España y con su ayuda empezaron a organizarse para crear la gran obra en SPS. Un pequeño grupo que incluía a doña Regina recibió el primer curso impartido por el director internacional del Teléfono de La Esperanza, Jesús Madrid, y una sicóloga colombiana. El grupo de personas eran miembros de movimientos de Iglesias. Así se comenzó a preparar el personal y después dos años, en 2004, inauguraron el Teléfono de la Esperanza. Se cumplen ya seis años de escuchar a Honduras.
Recordó que el Teléfono comenzó a funcionar en su casa, donde ella atendió varias llamadas. “Había gente que hablaba para molestar y en otras ocasiones eran verdaderas, de sufrimiento; personas que necesitaban consejo oportuno”.
Zavala de Rivera renunció a otras actividades para dedicarse de lleno al Teléfono de la Esperanza. “Hemos logrado lo que pretendíamos: es un servicio gratuito y espontáneo y la gente llama para buscar orientación familiar”.
Muy satisfecha con el trabajo y agradecida con los demás directivos que han concretado el apoyo, la dama dice que a diario reciben  muchas llamadas por falta de orientación familiar.
Recordó que muchos que han buscado apoyo en el Teléfono de la Esperanza se han convertido en voluntarios y hoy ayudan a otros.
El mensaje de esta madre de 6 hijos, que tiene 21 nietos y 4 bisnietos, es que los padres de familia estén pendientes de sus hijos y les inculquen valores morales y espirituales. Aceptó que la tecnología ayuda, pero recomienda que los padres supervisen a sus hijos.
Dijo que los hondureños no deben olvidar que hay un lugar al que acudir para buscar ayuda en sus crisis: el Teléfono de la Esperanza. La dama sampedrana es un ejemplo de servicio y para ella la felicidad nace cuando uno sirve porque la vida es servicio.  Su familia es su apoyo y la iglesia, su refugio. Cada día le agradece a Dios la oportunidad de vivir y compartir con sus seres queridos.
Seis años escuchando a Honduras
El Teléfono de la Esperanza es una organización sin fines de lucro que ayuda por teléfono a las personas en crisis y trabaja arduamente en la promoción de la salud emocional, con una fuerte base en la prevención de problemas emocionales, familiares y sociales.
El servicio de orientación por teléfono es de lunes a domingo de 8.00 am a 10.00 pm. En SPS, los números son 25580808 y 25578011 y en Tegucigalpa, 22138181 y 22573171. Allí se brindan asesoramientos e intervenciones profesionales con sicólogos, orientadores familiares, terapia de pareja y orientación jurídica.
Si usted quiere ser voluntario del Teléfono de la Esperanza, debe ser mayor de 21 años, contar con motivación auténtica para ayudar a personas que estén sufriendo, ofrecer como voluntario un mínimo de 22 horas mensuales en cualquiera de nuestras áreas de ayuda e intervención y participar año y medio en el proceso de formación de “programas agentes de ayuda”.

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