El recuerdo del Alma
es imborrable,
es como las Pirámides
de Egipto
puede ser sepultadas
por la arena,
pero el viento
o el hombre
pueden descubrirlas.
El recuerdo de la Memoria
es breve,
es un castillo de arena,
que tarde o temprano
es destruido
por el mar
o el viento
y no vuelve.
A veces quedan
unos pequeños
retazos
insuficientes para recordar.
Miguelón 1994.
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