lunes, 23 de julio de 2012

CLAVES PARA UNAS BUENAS VACACIONES

1.-Dosificar el trabajo: es el principio fundamental: si quieres tener unas buenas vacaciones debes trabajar bien... Ni mucho, ni poco, lo justo. No puedes hacer del trabajo el único punto de apoyo de tu vida. Te tendrías abajo. En ese supuesto el ocio y el descanso serían algo necesario... para seguir trabajando. Se impone dosificar el trabajo tanto en cantidad como en calidad: lo primero no depende del trabajador (se le impone el horario, los objetivos, etc.) pero sí lo segundo: la importancia que se da a la actividad laboral (no atosigarse con el trabajo haciéndolo como el único faro que guía la propia existencia).Las personas que solamente viven para el trabajo, no se pueden permitir descansar pues... dejan de trabajar y de ganar dinero. Es un torbellino que conduce al agotamiento y en el peor de los casos a la depresión.

2.-No haga como todo el mundo, sino lo que su cuerpo le pida: ya que en nuestra sociedad postindustrial no podemos elegir nuestro tiempo de vacaciones (se nos impone por las necesidades de la empresa) al menos seamos originales en el contenido de esos días de descanso: montar en bicicleta, leer un libro, visitar a unos amigos, etc. Todo menos subirse al coche y terminar en una playa saturada o en la montaña de moda. Parece como si las vacaciones se organizarse en función de los otros, no de nosotros mismos.

3.-La ociosidad no es ni buena ni mala: el viejo dicho de que todos los males surgen cuando estamos mano sobre mano, no es cierto. También en el descanso se puede ser creativo y producir más y mejor.

4.-Las vacaciones no son un premio al trabajo: es frecuente afirmar que "hemos tomado unas merecidas vacaciones". Pero las vacaciones no se merecen, son. Las vacaciones, como el trabajo tienen entidad por sí mismas. Si no existieran habría que inventarlas, ya que la naturaleza humana gira entorno a los dos polos de hacer y descansar. La esencia más profunda de las vacaciones no se puede contemplar como un derecho sino como un producto que emerge de forma espontánea, aunque hayan sido necesarios veinte siglos para su reconocimiento oficial.

Querido lector, si ya has disfrutado de las vacaciones habrás vivido días de fuertes tensiones, juntamente con momentos de gran felicidad. Te habrás dado cuenta que si no has disfrutado más, en entre otras causas, es porque siempre tenías como telón de fondo el trabajo: " es una sombra- decía un amigo- que me ha seguido durante todo el verano". Pero puedes sacar una conclusión: para disfrutar de las vacaciones, debes aprender a trabajar. Por esto, podemos afirmar que las vacaciones son imprescindibles para seguir viviendo.

Alejandro Rocamora Bonilla

Psiquiatra

           Fundador del TE

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