lunes, 11 de junio de 2012

Un Congreso lleno de Esperanza

 

    Tal y cómo andan los tiempos se podría decir que plantear un  congreso sobre “vivir en positivo” resulta un tanto difícil, pues muchos se dirán que esto de “lo positivo no existe”. Y  si añadimos que este Congreso lo organizaba el Teléfono de la Esperanza de Badajoz aún más, ¿Cómo una asociación que parece dedicarse a escuchar solo penas plantea estas ideas? El Teléfono de la Esperanza de Badajoz ha cumplido 40 años de presencia en nuestra ciudad, -cuarenta años que han dado para mucho desde luego- y por eso ha querido celebrarlo con la organización este congreso.
La gran mayoría de la gente que pasa por esta asociación siempre ha dado las gracias por la ayuda recibida. Y todo ello sustentado desde la participación de tantos voluntarios que en estos años hemos podido colaborar ofreciendo eso que sabe hacer el teléfono, dar esperanza. Y es que en un mundo como el nuestro la esperanza es un bien que escasea, diría yo que es como un regalo que no se puede desperdiciar y que aún así si se comparte se potencia mucho más. Hoy en día no solo está el Teléfono de la Esperanza, como todos sabemos existen muchas asociaciones que en esa labor silenciada trabajamos por un mundo mejor. Y solo aquel que escucha el dolor, el sufrimiento de tantas personas es posible que pueda tener una mirada distinta, llena de positividad y esperanza.
Durante el Congreso uno de los ponentes nos comentó que le preguntaron los medios de comunicación  si él era una persona positiva, a lo que él respondió: ¡qué va yo soy una persona realista!, y la verdad que creo que estaba muy acertado. Pues a veces estamos equivocados cuando pensamos que una persona que tiende a ver las cosas desde lo positivo no le ocurran dificultades en el camino. Sin embargo la vida nos brinda la elección de escoger entre amargarnos o no amargarnos, todo un arte si es en una dirección u otra. Aquellos que escogen el no amargarse la vida, realmente son los que pueden brindar la esperanza. Son aquellos que están preparados para ejercer un voluntariado,  pues el buen “ayudador” es el que infunde ánimos, el que te permite ver las cosas de otra manera y conduce a ser un poquito más feliz. Está imagen se recoge en una de las películas que más éxito ha cosechado en los últimos meses “Intocable”, que planteaba la idea de aquellos que miraban la discapacidad incapacitando a aquel que la tiene  y aquellos que podían ver en la misma un motivo de alegría. Tal vez la sociedad en la que vivimos se encarga de mermar cada vez más está esperanza, de favorecer constantemente un ánimo encrispado o actitudes de indiferencia, tal vez solo aquellos que como decíamos favorecen a las personas que brindan su ayuda a sacar lo mejor de ellos mismos, son los que traigan la esperanza posible y nos haga caer en la cuenta que en nuestros días aún hay mucha gente buena, como es el caso del teléfono de la esperanza.

Mª Del Carmen González Rivas. Psicóloga
Centro de Atención Psicológico y Familiar Vínculos
Artículo publicado en la Revista de la Discapacidad  “GRADA”

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