miércoles, 27 de junio de 2012

LAS VENTAJAS DE SABER PERDONAR (I)

Vivimos en un momento en que parecemos haber olvidado el concepto “perdonar”.  Hoy pocos son los que perdonan, olvidan y “pasan página”.  No es fácil, pero los psicólogos siempre hacen hincapié en la importancia que tiene perdonarnos a nosotros mismos, y, perdonar a los demás como hecho liberador de frustraciones y sentimientos negativos.

    Muchos de nosotros, podríamos decir: Me han hecho mucho daño, tengo rabia acumulada y me dicen que primero tengo que perdonar, pero ¿cómo y porqué debo perdonar?

    En primer lugar una reflexión: Debemos perdonar siempre, y no por la otra persona, sino por nosotros.  Cada vez que perdonamos, nos hacemos un favor a nosotros mismos, pues estamos dejando partir una emoción negativa que nos estaba perjudicando y sin aportarnos ningún beneficio

    El perdón formará parte de la medicina preventiva del futuro.  Es imprescindible librarnos de las ataduras del pasado, con el fin de adquirir y mantener una mejor salud.  Y el único modo de conseguirlo, es mediante la práctica del perdón.
    Afirmamos que uno de nuestros valores, es vivir el momento presente, vivir libres de las ataduras del pasado, pero seguimos amarrados al pasado, cargando nuestras cruces de rencor, de miedo y de culpa, sin darnos cuenta que la solución está a nuestro alcance.  Esta solución es el perdón.

    El perdón, supone el abandono del pasado.  A menos que perdonemos a los demás, por lo que pensamos que nos han hecho, no podremos perdonarnos a nosotros mismos, y, experimentar la paz de nuestro espíritu.

    Podríamos decir, que es nuestra mente la que genera el miedo, por eso, nada nos puede dañar, excepto nuestros propios pensamientos.  Sólo nuestra propia condena nos hace daño.  Sólo nuestro propio perdón nos libera.  El perdón, podemos afirmar sin ningún temor a equivocarnos, termina el sueño del conflicto en el aquí y ahora.

    Por tanto, sanar nuestra actitud, es ocuparnos simplemente del cambio de nuestros propios pensamientos, no es cambiar las situaciones o las personas de nuestras vidas.  Sanar nuestra actitud, es sentirnos libres para elegir los pensamientos que ponemos en nuestras mentes, sabiendo que cambiándolos, podemos cambiar nuestra experiencia.

LO QUE NO ES PERDONAR

a)    Perdonar no es justificar comportamientos negativos o improcedentes.

b)    Perdonar no es hacer como que todo va bien, cuando sientes que no es así.  No se puede experimentar un perdón verdadero si se niega o se hace caso omiso de la rabia y el resentimiento.

c)    Perdonar no es adoptar una actitud de superioridad o fariseo.

d)    El perdón no significa que debas cambiar de comportamiento

e)    El perdón no exige que te comuniques verbal y directamente con la persona que has perdonado.  

    El perdón sólo requiere un cambio de percepción, otra manera de considerar a las personas y circunstancias que creemos que nos han causado dolor y problemas.

LA RABIA Y EL RENCOR

    La rabia, es una intensa reacción emocional temporal, cuando uno se siente amenazado de alguna manera. 

    El motivo más obvio para perdonar, es liberarnos de los efectos debilitadores de la rabia y el rencor crónicos.  Al parecer, estas dos emociones, son las que convierten el perdón en un desafío, a la vez que en una grata posibilidad para quien desee una paz interior.
    Cuando nos perdemos en la rabia, nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más profundos.

    Cuando estamos resentidos, sentimos con intensidad el dolor del pasado una y otra vez.  Esto, sin duda, no sólo tiene un efecto lamentable en nuestro bienestar emocional, sino que también repercute negativamente en nuestro bienestar físico.

LUIS FERRER FERNANDEZ
COLABORADOR DEL TE

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