JOSEFINA RIPOLL ESPIAU ESPECIALISTA EN DUELO
M.M. . ESTELLA
- La que fuera primera coordinadora foral de transplantes ofreció una charla en Sanitas Luz de Estella
Josefina Ripoll Espiau durante la conferencia que ofreció en el centro asistencial de Estella. M.M..
Cuando hace seis años le llegó el turno de jubilarse, a Josefina Ripoll Espiau, la que fuera la primera coordinadora de transplantes de Navarra, le pareció que retirarse era como tirar a la basura todo lo que había invertido en su formación sobre el duelo. "Cuando comenzó la unidad en 1984, yo me encargaba de transmitir a las familias la muerte de su ser querido y si querían dar sus órganos a otra persona. Era duro y no teníamos ni idea de cómo hacerlo, así que me fui a Barcelona para aprender el proceso del duelo. Y ahora me dedico a dar conferencias y participar en un taller sobre este tema en el Teléfono de la Esperanza", dice esta doctora en Ciencias Químicas, natural de Barcelona.
Invitada por Sanitas, la firma que gestiona el centro asistencial geriátrico Luz de Estella, acudió a la ciudad del Ega para hablar de la muerte. "Y de la vida, porque saber que hay un final es lo que te permite disfrutar del ahora".
Si es que se puede... ¿Hay algún consejo para sobrellevar mejor el duelo?
Considero fundamental la compañía. Y llorar juntos. Es curioso, siempre nos reímos en compañía mientras que derramamos lágrimas en solitario, cuando ese sentimiento de pérdida hay que exteriorizarlo. Recuerdo una niña que perdió a su hermana en un accidente y a la tristeza lógica se le añadió otra más porque, al ver que sus padres no se lamentaban de ello delante de ella, justamente para no hacerle sufrir, la pequeña pensó que no querían demasiado a su hermana.
Ya que cita este caso, ¿hay duelo posible para superar la muerte de un hijo?
Todo se puede superar, eso sí, si se trabajan los sentimientos. Y precisamente ese duelo surge de forma espontánea para salir de esta situación y reescribir de nuevo tu historia. Pero hay que respetar los tiempos y nunca decirle a una persona "¿pero todavía estás así?". Basta con acompañarlo y escucharle.
También ha hablado de niños y la eterna duda es si se debe llevarlos o no al tanatorio o al funeral.
Hay que hacer partícipe al niño de la muerte. Tendemos a sobreprotegerlos, a esconderla y confinarla a hospitales y tanatorios. Antes, en los pueblos, se vivía de forma más natural, era algo que formaba parte de la vida y así lo sentían los niños. Ellos son listos y se dan cuenta de lo que pasa, por lo que se les debe hablar claro de que se ha producido una pérdida y consultarles si quieren ir o no al cementerio o al funeral.
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