Padres en la vejez
El 70% de los abuelos españoles cuidan o han cuidado de sus nietos
El 50% lo hace a diario.
Algunos ancianos padecen el "síndrome del abuelo esclavo".
Existen "escuelas de abuelos" que enseñan a cuidar de los nietos.
Informativos Telecinco.
Es muy difícil que los abuelos reconozcan abiertamente que no pueden más, que no tienen energía suficiente para cuidar de sus nietos. Y es que algunos ancianos se encargan de los niños a diario, en maratonianas jornadas de hasta 7 y 8 horas. Los abuelos no se jubilan. Han dejado de fichar en sus trabajos y ahora lo hacen en las escuelas infantiles. Son ellos los que llevan temprano a los nietos. Son ellos los que los recogen y los que se encargan de los pequeños hasta que sus padres salen de trabajar.
Es el caso de Rafael, al que hoy acompañamos a por su nieto: "Sí, sí desgasta, sí. Sobre todo porque ya tenemos unas edades... Aunque no somos muy mayores, pero la paciencia se agota, sobre todo porque hay que entretener a los cuatro". Verónica y Rafael pueden llegar a juntarse hasta con cuatro nietos en casa de edades comprendidas entre los 20 meses y los 6 años. Saben que tienen que adaptar sus horarios y sus escapadas a ellos: "No, no, entre semana imposible, ni viajes ni nada. Y las vacaciones yo porque las cojo en septiembre, pero si las quisiera coger en julio o aprovechar un viaje por ahí, nada, imposible".
Conscientes de que los abuelos son un pilar muy importante en la educación de los niños el Ayuntamiento de Móstoles ha creado una "Escuela de Abuelos". Todos ellos han criado a sus hijos, pero hace ya muchos años que dejaron atrás pañales y biberones y ahora surgen las dudas. En este centro comparten sus experiencias y sus temores que hoy nos confiesan: "Mi preocupación es que se caigan", "Cuando los llevo por la calle no obedecen", "El respeto", "Que estén contentos, tranquilos y que obedezcan", "Que coman", "Me preocupa que las niñas noten mucho el cambio de estar con su madre", "La cocina, que le gusta tirar de todas las puertas, abrir cajones y tiene un peligro que tengo que estar todo el día detrás de él", "Su salud y su buena educación". Cada día un experto acude a esta clase para charlar con los abuelos sobre todo lo relacionado con los niños: alimentación, higiene, salud, respeto, prevención de accidentes... Aquí se les escucha y se les aconseja para que disfruten sin miedo de su relación con sus nietos.
La entrega de los abuelos es incondicional. A la mayoría no les preguntaron si querían hacerse cargo de sus nietos, pero se da por hecho. "Esto es lo que hay, porque si dices que no, qué pasa?", se pregunta Rafael. "Lo tienes que hacer porque tienes que ayudar, es una obligación más", nos cuenta una bisabuela que encontramos en el parque, cuidando precisamente de la cuarta generación de su familia: su bisnieto Álvaro.
La prueba de quién se encarga de los pequeños la encontramos precisamente ahí, en los parques infantiles, especialmente los días que no hay cole. Es difícil encontrar algún padre jugando en los columpios, todos son abuelos y abuelas. Reconocen que les gustaría tener más libertad, más tiempo para ellos: "La palabra exacta es que te los han endiñado, y ya está", asegura un hombre de pelo blanco que junto a su mujer ha criado ya a cuatro nietos. "Según está la situación hay que hacer por los hijos lo que no han hecho por nosotros, pero bueno, bien considerado está" apunta otro. Todos hablan con resignación, no se plantean que existiera otra opción y se sienten obligados a asumir esta responsabilidad que -por otro lado- les da la vida.
Disfrutan haciéndolo porque sus nietos, confiesan, son lo más preciado que tienen. La solución para los psiquiatras es poner un límite, ya que ellos no saben hacerlo. Al "Teléfono de la Esperanza" llaman ancianos angustiados porque no se sienten con fuerza y energía suficiente para cuidar de sus nietos al nivel que les exigen sus propios hijos. Es un círculo vicioso, ellos adoran a los niños y se sienten culpables de no poder llegar a todo: " El abuelo no sabe decir no, son superabuelos en el sentido de que quieren hacer de todo, pero uno tiene que asumir sus limitaciones, la edad, los achaques, y eso es lo que les produce confrontación y angustia" explica el psiquiatra de esta ONG, Alejandro Rocamora Bonilla. Por eso sugiere que el límite lo deberían poner los padres, para evitar las llamadas desesperadas de los abuelos: "Sí, en el Teléfono de la Esperanza hay un aumento de llamadas con este contenido, sobre todo en los meses de navidad y verano, la época en la que los hijos trabajadores dejan más los nietos en manos de los abuelos".
Es lo que se conoce como el síndrome del abuelo esclavo: "En el sentido de que se sienten esclavos del cariño que tienen por los nietos", matiza Alejandro Rocamora. Como todo en la vida, asegura este psiquiatra, la clave está en el término medio, en no abusar de los mayores porque, si no hay exceso de dedicación, la relación abuelo-nieto es tan sana como beneciosa para ambos.
P Antes de imprimir piensa en el Medio Ambiente
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