martes, 2 de octubre de 2012

En recuerdo de Serafín: Los carretilleros de la prensa, un monumento a la solidaridad

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Gran parte del dinero para comprar los terrenos de la Ciudad de San Juan de Dios (Alcalá de Guadaira), centro de acción social que presta educación asistencial y laboral a personas con discapacidad intelectual gravemente afectadas (medio, severo y profundo, se logró a partir de una curiosa iniciativa de ABC en los sesenta.

Paco Amores, periodista de ABC que había fraguado amistad con fray Serafín Madrid en el hospital de la Orden en Nervión, se enamoró de la idea del hermano de San Juan de Dios en cuanto éste se la narró a mediados de los sesenta. Entonces, aquel plumilla ceutí al que la hemeroteca todavía no le ha dado la luz que merece, le hizo una propuesta. Dar a cada periodista una carretilla para devolverla llena de dinero. Tanto éxito tuvo su iniciativa, que el maestro Araújo, la voz del fútbol de Radio Sevilla y hombre estrechísimamente vinculado a la ciudad de San Juan de Dios de Alcalá, sostiene que en aquellos tiempos había que haber sido «carretillero» para tener consideración entre los periodistas. Primeras firmas de esta casa como Manuel Alonso Vicedo, Manuel Ferrand o José Antonio Blázquez empujaron la carretilla por la calle Sierpes. Y a ellos se fueron uniendo periodistas de toda España y de todos los medios de la época. Hubo aportaciones desde el Diario de Cuenca al Ideal Gallego, desde la Hoja del Lunes a Radio Vitoria. Ahora todas las cabeceras de prensa que apoyaron la causa están recogidas en un monumento situado a la entrada del recinto en el que aparecen sus nombres rotulados sobre azulejos. El diario del régimen Arriba sigue allí retando a la Memoria Histórica. «A mí todo eso me da igual, ahí están todos los que colaboraron en la compra de estos terrenos, sin distinción de ninguna clase», explica el director, Alfonso Moral Berral, mientras rememora aquella hazaña. «ABC incluso publicó un número especial a todo color, algo impensable entonces, con las firmas más importantes de la época». La heroicidad de los carretilleros de la prensa merecía, por tanto, ese monumento. Así lo entendía sobre todo el padre de aquella titánica empresa, fray Serafín Madrid, que había puesto todas sus ilusiones en aquella ciudad para los disminuidos físicos, sobre todo hijos de la polio, que sobre aquellos terrenos lograrían labrarse un porvenir como linotipistas o administrativos. El hermano Madrid soñó tanto con aquella obra que la obra acabó con él. El 27 de septiembre de 1972, a las siete y media de la mañana, el Seat 124 en el que viajaba hacia Málaga para una reunión de la Orden Hospitalaria se estrelló a cuatro kilómetros de La Roda de Andalucía. Murió sin haber podido disfrutar apenas de su logro, inaugurado en el 70. Pero tanto él como los carretilleros que ya no están para contarlo siguen siendo una referencia para los actuales directores de San Juan de Dios. Han cambiado muchas cosas. Incluso el concepto, pues con la Ley de Integración Social del Minusválido de 1985 el centro se transformó en espacio para discapacitados intelectuales, no físicos. Sin embargo, los Amores que fray Serafín y el periodista caballa vertieron sobre sus carretillas siguen germinando en las tierras de Alcalá, bajo las cuales yace el hermano. Sobre las cuales se yerguen sus viejos aliados de la prensa.

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