jueves, 3 de diciembre de 2009

ENTREVISTA A GRACIA SÁNCHEZ RUIZ

PSICOLOGA DE LA ASOCIACIÓN PARA EL APOYO AL MENOR,LA FAMILIA Y OTROS COLECTIVOS ESPECIALES (AMEFAES)

        Con motivo de su estancia en Badajoz  los pasados días 20 y 21 de noviembre,para impartir el módulo sobre violencia familiar del Curso Superior de Especialización en Intervención en Crisis,que durante este  año se viene impartiendo en nuestra sede pacense por el Teléfono de la Esperanza en colaboración con la Universidad de Comillas,AMIGOSTEX tuvo la oportunidad de charlar un rato con ella,haciéndonos un breve resumen del contenido de su ponencia para todos los Amigos del Telefono de la Esperanza en Extremadiura. Gracia es una joven psicóloga,pero ampliamente curtida en el ámbito de la Violencia familiar por razones de su trabajo profesional como coordinadora de la Asociación para el Apoyo al Menor,la Familia y otros Colectivos Especiales(AMEFAES).

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P: ¿A qué nos referimos exactamente hoy en día cuando hablamos de violencia doméstica?

En ocasiones es difícil encontrar consenso. Para nosotros hablar de violencia doméstica es hablar de relaciones de violencia entre los miembros de un núcleo familiar. Por ello hablamos de violencia familiar, pero en esencia es lo mismo. Es un tipo de relación que se establece, como he dicho, entre los miembros de una familia y que alcanza a diferentes agentes. Hay violencia familiar cuando las víctimas son más débiles, cuando la relación es desigual y se ejerce el poder y control sobre dichas víctimas. Hay violencia familiar cuando se ejerce contra los menores, cuando son los menores los que la ejercen contra el resto de miembros, cuando se ejerce sobre la tercera edad, cuando se ejerce entre adultos…

P: ¿Es lo mismo violencia doméstica que violencia de género o son dos cosas diferenciadas?

En función de lo anteriormente dicho, para nosotros es diferente. Hablamos de violencia de género cuando se establece en una relación de pareja, cuando no suele haber menores o estos están claramente al margen de la relación violenta. Suele darse cuando el agresor, normalmente el hombre, tiene mayor poder, físico o psicológico sobre la víctima, normalmente mujer, y ejerce sobre ella la violencia. En el contexto de la violencia familiar intervienen muchos más agentes, puede haber intercambio de papeles. Es decir, en la violencia familiar hablamos de múltiples factores, tipos y secuelas.

P: ¿Cuáles son, a tu juicio, las causas que originan la violencia doméstica?

La violencia, como he dicho, es un ejercicio de poder. Ya se han superado los mitos que hacían referencia al origen de la misma como resultado de situaciones socioeconómicas o culturales deficitarias. No es cierto. Se da en diferentes contextos independientemente de las variables económicas, sociales o culturales. El origen de la misma es el aprendizaje. Quien la ejerce ha aprendido a hacerlo. Ahora bien, en el perfil del agresor, independientemente de la edad o sexo, siempre hay dos variables comunes: por un lado la restricción emocional, o problemas claramente relacionados con la emoción y, por otro lado, la falta de tolerancia a la frustración. Estas dos variables se construyen a lo largo de la historia de aprendizaje de un individuo, si dicho aprendizaje es erróneo o no se da, entonces hay muchas probabilidades de que dicho individuo utilice la violencia como herramienta de comunicación y solución de conflictos.

P: Da la impresión en nuestro país, a tenor de lo que vemos y escuchamos en los medios de información de que los casos de violencia doméstica van en aumento, a pesar de vivir en una sociedad más civilizada y evolucionada que la de años atrás ¿Es esto cierto o simplemente es una deformación que nos transmiten los medios de información?

La violencia familiar siempre ha existido. Ahora bien, años atrás se ha dado amparada en un modelo educativo basado en la disciplina y autoritarismo, por lo tanto, ha estado justificada. De igual forma, la violencia de género ha estado circunscrita al ámbito de lo privado, por lo tanto tampoco ha salido a la luz. Hoy en día sí sale a la luz por eso da la sensación de que hay más. No creo que sea diferente, más bien creo que determinados tipos  de violencia han de ir decreciendo aunque es cierto que en los medios no salen muchas cosas que quedan dentro del ámbito del silencio profesional.

P: Por cierto, una duda que está en la calle, a tu entender, la difusión continua y prolongada de los casos de violencia doméstica en los medios ¿perjudica o beneficia la erradicación de la misma?

Las políticas de igualdad y denuncia contra los malos tratos del hombre contra la mujer han sido beneficiosos se mire por donde se mire. Ahora bien, muchas campañas, bajo mi punto de vista, han estado mal enfocadas. Es difícil para una mujer recibir el mensaje directo de “denúnciale”. Este mensaje es peligroso. Muchas mujeres sienten miedo, indefensión y el mensaje les acarrea mucha más presión. No se tiene en cuenta que muchas mujeres viven en contextos muy reducidos, en zonas rurales donde es difícil denunciar y si no lo hacen “tal y como dicen en la tele” se sienten más culpables. También echo en falta otras campañas que desmitifiquen la violencia contra los menores, contra la tercera edad, contra los hombres. Son temas que quedan dentro del ámbito del profesional y es difícil detectar. Por ello no se muy bien que contestar aunque siempre me decanto porque sacar a la luz los temas controvertidos de nuestra sociedad es un hecho positivo.

P: Y finalmente,¿nos podrías indicar algunas pautas sencillas a seguir por un voluntario del TE  ante un caso de violencia doméstica, tanto si es a la víctima como al maltratador al que se pretende ayudar?

De cara a la víctima hay que saber escuchar activamente. No debemos darle soluciones, sino que hemos de ponerle sobre la mesa todas las opciones que existen para acabar con su situación, con sus pros y contras, para que la víctima sea capaz de tomar una decisión sabiendo las consecuencias que cada alternativa acarrea. Decida lo que decida es importante transmitirle que seguiremos ahí. Y reforzaremos su toma de decisiones para ayudarla a salir de la indefensión y vaya poco a poco sintiéndose competente en el manejo de su propia vida. Con el maltratador es importante no enjuiciar, hemos de recordar que lleva una historia personal y que no somos quién para emitir juicios de valor. También es cierto que si el maltratador es el que llama eso significa que se ha producido un mínimo cambio en la asunción de responsabilidades por ello hemos de reforzar su valentía para pedir ayuda. De igual forma es importante acabar la conversación creándole un conflicto interno que le lleve a replantearse el pedir ayuda.

1 comentario:

Julia Timón dijo...

Lástima que no se le hiciera esta entrevista en el periodico. O ¿si?
Dña. Gracia Sánchez estuvo magnífica y no solo por sus aportaciones en cuanto a contenidos y desmitificaciones sino a su "forma" de trabajar con los alumnos. Creo un magnífico clima al hacernos sentir parte activa del aprendizaje, estro provoca también un tipo de aprendizaje que se basa en los sentimientos y que ews dificil de borrar con el paso del tiempo. Sencillamente genial.