jueves, 10 de febrero de 2011

CONFERENCIA DE JESÚS MADRID EN EL CLUB DE LA OPINIÓN DE ZAMORA

Jesús Madrid defiende una sociedad «más rica en humanidad»

El fundador del Teléfono de la Esperanza en España destaca la labor que desarrollan los voluntarios

B. BLANCO GARCÍA «Un país rico en humanidad es también rico en salud emocional». Así resume Jesús Madrid la clave del éxito de una sociedad en armonía. El fundador del Teléfono de la Esperanza en España reconoce que en la actualidad la sociedad cada vez se preocupa más por fomentar la salud emocional. «Es algo lógico, porque cuando tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas, como la comida, la vivienda o el abrigo, las personas buscamos más allá y tomamos conciencia de otro tipo de necesidades».
Por ese motivo, Madrid asegura que la riqueza de un país «ya no se mide en las carreteras o las universidades que tenga» y pone de ejemplo los países del norte de Europa, donde, a pesar de sus grandes avances «siguen estando a la cabeza de suicidios, por ejemplo, lo que indica una gran pobreza emocional». El secreto, por tanto, «está en saber vivir, sentirse bien y convivir positivamente con el resto de personas», resume.
Además, se trata de una tarea para la que el Gobierno parece no estar preparado. «Los presupuestos generales del Estado no destinan dinero suficiente a la salud mental. Se habla mucho, pero a la hora de la verdad se destina lo mínimo. Y ahora, con la crisis, mucho menos», subraya.
Esta circunstancia hace que sea la propia sociedad la que tenga que coger las riendas a la hora de fomentar una buena salud emocional. «Lo tenemos que tomar los ciudadanos como una obligación de todos», recalca Madrid, quien asegura que, aunque él mismo es psicólogo, «los profesionales sólo pueden arreglar un mínimo en relación con lo que puede hacer la gente con una formación aceptable en salud emocional. Cuando pasas por un trance amargo, como la muerte de un familiar, la ruptura con tu pareja o la pérdida del trabajo, tener una persona cerca lo hace todo más fácil», asegura Madrid, por lo que apuesta por «educar a los ciudadanos para que ellos se sientan bien y hagan sentirse bien a los demás».
Y ahí es donde entra de lleno la labor del Teléfono de la Esperanza, una institución que es pionera en tener el complejo tema de la salud emocional como meta, «en todas las circunstancias, pero más para aquellas personas que están atravesando por una crisis aguda, aunque también es útil para aquellos que se sienten felices, porque se les puede enseñar a continuar sintiéndose así».
Jesús Madrid asegura por todo ello que la organización no gubernamental que él fundó en este país a comienzos de los años setenta «es mucho más que un teléfono». De hecho, desarrolla multitud de programas y cursos de educación, tanto para padres, como para parejas o adolescentes. «También se enseña a ayudar y a promover además que la gente aprenda cómo hacerlo de manera correcta».
Como ejemplo, tienen la labor que desarrollan las cerca de tres mil personas en España con el Teléfono de la Esperanza, de las cuales el 98% son voluntarios, el auténtico alma de la asociación, según su fundador.
«El programa de formación de la gente que trabaja en la ONG es pionero y muy demandado por otras organizaciones», confiesa su fundador. Un completo programa que se desarrolla durante año y medio. Aun así, recuerda que en España solo el 18% de la población es voluntaria, según los últimos datos, mientras que, por ejemplo, en Alemania esta proporción aumenta hasta el 34%. «Somos de los países que menos voluntarios tenemos, todavía se tiene que incrementar más esa conciencia social de interesarse por los demás», solicita.
Jesús Madrid es voluntario en el Teléfono de la Esperanza desde 1971 y, con su experiencia, asegura que las necesidades de los demandantes han evolucionado con el paso de los años, pero, en el fondo, «con todo lo que me ha tocado viajar y ver mundo, me he dado cuenta de que existen dos fuentes principales de sufrimiento: aquella derivada de las necesidades no cubiertas, especialmente las materiales en países latinoamericanos, y las que provienen de tener muchas cosas y no saber darlas».
El Teléfono de la Esperanza tiene presencia en Portugal, Suiza, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y varios países de América del Sur. En España cumple este año cuatro décadas de vida y, en breve, desarrollará nuevos servicios a través de Internet para seguir con su labor de ayuda a todo aquel que marque el teléfono en busca de respuesta.

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