sábado, 20 de febrero de 2010

Momentos de Eternidad

Me he quedado colgado de tu mirada, como un niño se cuelga con la última pirueta del acróbata del circo de sol.

Al cogerte el rostro con mis manos escuché la más bonita declaración de amor: “eres una bendición para mí”.

Te busqué entre tantos para desnudarme : “he vivido los últimos meses la parte más fea y negativa de mí”.

Daba igual lo que dijeras, lo importante era oír tu voz cálida y llena de inmensidad: “en nombre del Señor, yo te perdono”.

Y después el abrazo largo, limpio, amplio, profundo, enamorado, como un cielo infinito, tratando de que fuera eterno, de dos seres humanos.

“Me gusta lo que adivino que hay dentro”, fue toda mi confesión para ti . ¡Ay cuánto amor llevaban mis ojos a tus ojos!.

Y de adiós otro abrazo, alegre y triste , deseando el bien del mundo entero y la dicha del encuentro. Celebrando y maldiciendo todo al mismo tiempo.

¡Qué pena que en la tierra lo sublime se acabe haciendo pequeño y pasajero, porque me había quedado colgado de tu mirada!.

Julio 2007, Burgos

 

ENVIADO POR VALENTIN TURRADO

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