Hallar satisfacción y bienestar en tiempos de crisis es posible.Los científicos, religiosos y divulgadores que participan en el II Congreso Internacional de la Felicidad nos dan su fórmula.
II Congreso Internacional de la Felicidad
El paro, los recortes, la pérdida de derechos laborales... No corren buenos tiempos para el optimismo, y sin embargo hay quien piensa que hay muchas razones para sonreír. Muchos ciudadanos han escrito sus fórmulas en post-it en la fachada de los Teatros del Canal (Madrid), donde este lunes comienza el II Congreso Internacional de la Felicidad, organizado por Coca-Cola.
Durante dos días, un grupo de expertos, con Eduardo Punset, Luis Rojas Marcos, Juan Luis Arsuaga (paleontólogo y codirector de los yacimientos de Atapuerca) o el monje budista Matthieu Ricard, asesor del Dalai Lama, entre ellos, van a abordar esta emoción universal desde el punto de vista científico, médico, humano, social...
Los científicos afirman que la felicidad no es solo un sentimiento, sino un estado físicolocalizado en el hemisferio prefrontal de la corteza cerebral. Genera una gran cantidad de endorfinas, hormona que produce un estado de bienestar y reduce la sensibilidad al dolor. La felicidad implica cambios fisiológicos, ya que produce reacciones espontáneas como la sonrisa, el llanto y la risa, y transmite además emociones muy diversas, como tranquilidad, euforia o creatividad.
En cuanto a si somos hedonistas por naturaleza, la psicóloga Alejandra Vallejo-Nágera señala que hay niños más predispuestos que otros a ser felices, según diversos estudios: "Unos responden mejor a los estímulos agradables, y otros no". Además, está el factor educativo: "Un niño educado por unos padres positivos hará de él una persona positiva. No es lo mismo ser positivo que ser optimista. El positivo sabe identificar un problema y busca la forma de salvar la situación, el optimista espera que se solucione por sí sola".
Opinan cuatro de los participantes del congreso
Javier Urra, especialista en psicología clínica y pedagogo terapeuta
"Para mí, ser feliz es darse al otro, compartir", asegura. Urra derriba grandes mitos respecto a la felicidad: "No es verdad que los niños sean más felices que los adultos, ni que los pobres sean más felices que los ricos. Y de la famosa canción que dice tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor, lo único cierto es el amor". En su opinión, la felicidad no depende de la salud, porque ha visto gente enferma que es feliz, ni tampoco del dinero: "Hay que tener lo justo para no tener grandes preocupaciones". También afirma Urra que no es cierto que ser feliz y positivo cure grandes enfermedades: "Lo que sí es cierto es que una persona feliz genera más anticuerpos".
Alejandra Vallejo-Nágera, escritora y psicóloga
"Se puede ser feliz en plena crisis. La crisis saca lo mejor de muchas personas, hay quienes ante los problemas se crecen y sacan su ingenio, otros se hunden. Así que el ser feliz depende en cierto modo de la inteligencia, de nuestra capacidad para afrontar los obstáculos, porque al fin y al cabo ser feliz es una actitud", señala Vallejo-Nágera. Y recuerda que hemos vivido situaciones "infinitamente peores" que la que vivimos, así que es "absolutamente" posible ser feliz en nuestra sociedad. Igualmente señala la relación indisoluble entre amor y felicidad. "Se ha comprobado que los bebés que no reciben amor o no pueden darlo sufren una degradación de su cerebro e incluso terminan muriendo". Sor Lucía Caram, teóloga
"La felicidad está en amar y celebrar la vida, en compartirla", afirma. En su opinión, tenemos muchísimos recursos para superar las dificultades. "Cuando uno ama la vida de verdad, es creativo", garantiza. "Vivir con convicciones, sean religiosas o espirituales, es una fuente de felicidad. Pero creo que todo el que la busca de forma sincera, tenga creencias o no, puede ser feliz". Sor Lucía piensa que la única religión válida es la del amor, "cualquier religión que no se base en el servicio a los otros es una profanación". "Hay muchas formas de amar, cada uno tiene que encontrar la suya. La mía es estar libre y disponible para todos. Estoy expropiada para la utilidad pública. El que es feliz de verdad no puede tolerar que el otro no lo sea".
Eduardo Punset, divulgador científico
"Cuando miras atrás, te das cuenta de que para que la Humanidad haya sobrevivido a todo lo que ha sobrevivido, ha tenido que tener un exceso de optimismo", asegura. En su opinión, para salir de la crisis hace falta "creatividad e imaginación", aunque estamos "en el inicio de un salto tecnológico y humano. Hay pruebas ya de que la violencia está disminuyendo y el altruismo subiendo", aseguró a 20 minutos tras la publicación de su libro Viaje al optimismo. Punset apela a seguir el instinto a la hora de educar: "A los bebés hay que darles afecto, afecto y más afecto. A los niños entre 4 y 10 años, confianza y seguridad. Así se logran adultos optimistas desde el cariño y la comprensión".
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