Érase que se era un chino,padre honrado de familia y trabajador de un pequeño campo,por las regiones del norte del pais.Su casita estaba situada en un paraje maravilloso entre verdes praderas y arroyos de agua limpísima.Pero.¡Oh desgracia!,la enorme mole de una montaña hacía sombra continuamente a la casa,de manera que,ni en verano ni en invierno,podía entrar por las ventanas ni un rayo de sol...
-"¡Qué casa más oscura!" - decían las personas que venían a visitar al buen chino.
-"¡Qué casa más triste!" repetía cada día el chino cuando,al levantarse y abrir la ventana se encontraba ante las narices aquella montaña inmensa que le ocultaba el sol...
Pero,¿qué hacer? Una de dos: o cambiar la casa de sitio,o cambiar de sitio la montaña...
El chino lo pensó bien y se decidió por esto último.¡Sí! trasladaría aquella gigantesca mole de piedra a otro lugar...
Pero...¿cómo?
Paletada a paletada.Espuerta a espuerta...
Así se lo comunicó a sus hijos.
-"Hijos míos -les dijo-,esta casa,que yo heredé de mi padre y él de mi abuelo,es muy triste.Yo quiero dejaros a vosotros una casa más alegre.Por eso he decidido que,desde mañana,saldremos al campo con pico y pala e iremos demoliendo lentamente la montaña y trasladando su tierra a otra parte...."
Los hijos no se asustaron del trabajo que el padre les presentaba y dijeron que sí.Y al día siguiente,comenzaron su trabajo.
Pero los habitantes de las fincas vecinas,al enterarse,se echaron a reir:
-"¡Están locos!" - decían - "¿Quén puede contra la montaña? ¡No conseguirán nada...!"
Y todos los días venían a comprobar si la montaña desaparecía.Pero la montaña seguía impasible en el mismo sitio,pues solamente habían conseguido arrancarle unas pocas espuertas de tierra....
Pero el chino tenaz se dirigió a sus vecinos:
- "Ya sé que las montañas son muy grandes.Pero...¡no crecerán más! Cada paletada que les arranquemos,no la repondrán jamás.Yo me moriré,es cierto,sin ver desaparecer la montaña;pero mis hijos continuarán la tarea;y,cuando ellos mueran,la continuarán mis nietos...Y algún día,no sé cuando,la montaña habrá desaparecido y el sol podrá entrar en nuestra casita. ¿No es mejor hacer algo,aunque sea poco cada día,que lamentarse todos los días sin hacer nada?"
miércoles, 19 de agosto de 2009
EL CHINO LOCO
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