miércoles, 19 de agosto de 2009

EL CHINO LOCO

Érase que se era un chino,padre honrado de familia y trabajador de un pequeño campo,por las regiones del norte del pais.Su casita estaba situada en un paraje maravilloso entre verdes praderas y arroyos de agua limpísima.Pero.¡Oh desgracia!,la enorme mole de una montaña hacía sombra continuamente a la casa,de manera que,ni en verano ni en invierno,podía entrar por las ventanas ni un rayo de sol...
   -"¡Qué casa más oscura!" - decían las personas que venían a visitar al buen chino.
   -"¡Qué casa más triste!" repetía cada día el chino cuando,al levantarse y abrir la ventana se encontraba ante las narices aquella montaña inmensa que le ocultaba el sol...
   Pero,¿qué hacer? Una de dos: o cambiar la casa de sitio,o cambiar de sitio la montaña...
  El chino lo pensó bien y se decidió por esto último.¡Sí! trasladaría aquella gigantesca mole de piedra a otro lugar...
  Pero...¿cómo?
  Paletada a paletada.Espuerta a espuerta...
  Así se lo comunicó a sus hijos.
    -"Hijos míos -les dijo-,esta casa,que yo heredé de mi padre y él de mi abuelo,es muy triste.Yo quiero dejaros a vosotros una casa más alegre.Por eso he decidido que,desde mañana,saldremos al campo con pico y pala e iremos demoliendo lentamente la montaña y trasladando su tierra a otra parte...."
   Los hijos no se asustaron del trabajo que el padre les presentaba y dijeron que sí.Y al día siguiente,comenzaron su trabajo.
   Pero los habitantes de las fincas vecinas,al enterarse,se echaron a reir:
   -"¡Están locos!" - decían - "¿Quén puede contra la montaña? ¡No conseguirán nada...!"
    Y todos los días venían a comprobar si la montaña desaparecía.Pero la montaña seguía impasible en el mismo sitio,pues solamente habían conseguido arrancarle unas pocas espuertas de tierra....
   Pero el chino tenaz se dirigió a sus vecinos:
- "Ya sé que las montañas son muy grandes.Pero...¡no crecerán más! Cada paletada que les arranquemos,no la repondrán jamás.Yo me moriré,es cierto,sin ver desaparecer la montaña;pero mis hijos continuarán la tarea;y,cuando ellos mueran,la continuarán mis nietos...Y algún día,no sé cuando,la montaña habrá desaparecido y el sol podrá entrar en nuestra casita. ¿No es mejor hacer algo,aunque sea poco cada día,que lamentarse todos los días sin hacer nada?"

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