domingo, 12 de julio de 2009

La crisis económica aumenta un 21% las llamadas al Teléfono de la Esperanza (noticia publicada en Hoy 11-7-09)

 

La organización ha abierto una nueva sede en Mérida situada en la zona de la Corchera, con 25 voluntarios y tres psicólogas

CRISTINA G. MARRUFO | MÉRIDA

  • La mayor parte de los fondos de la organización proviene de los socios

924313887. Estos nueve números no son dígitos cualquiera, son los nueve números del Teléfono de la Esperanza en Mérida. Una llamada puede cambiar muchas cosas, y en este caso una llamada puede dar un nuevo enfoque a un problema que se crea de solución imposible.

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Se ha abierto en la ciudad una nueva sede de la ONG Teléfono de la Esperanza, que ofrece atención gratuita, principalmente por teléfono, a todas aquellas personas que necesiten atención en momentos especialmente duros.

Si bien el dicho es claro con aquello de que «la esperanza es lo último que se pierde», la realidad a veces no entiende de refranes y las situaciones nos desbordan. Para intentar sobrellevar de la mejor forma posible estas situaciones complicadas, el Teléfono de la Esperanza ofrece su apoyo a todo aquel que necesite ayuda.

Su asistencia no sólo se limita a la atención telefónica, sino que además realizan otras actividades como talleres de autoestima, de duelo, de separación afectiva o cursos de crecimiento personal y conocimiento de uno mismo. Además, en la sede que tienen en la calle José Martínez Ruiz Azorín, en el edificio Arthemisa número 36 portal 6 bajo C, en la zona de la Corchera, atienden personalmente a todo aquel que lo solicite, garantizando en cualquier caso su anonimato.

El trabajo llevado a cabo por la organización no sería posible sin los voluntarios. Ellos ofrecen su tiempo de forma desinteresada.

Para ser voluntario de esta asociación es necesario cumplir una serie de requisitos como ser mayor de edad, tener madurez psicológica, una motivación solidaria y sana, disponibilidad para formarse en relación de ayuda y una dedicación y permanencias mínimas. Además es necesario realizar un proceso de formación con el único objeto de garantizar la mejor labor posible y ofrecer todas las herramientas a disposición de los voluntarios para certificar que estén preparados al enfrentarse a todas las situaciones posibles.

La crisis se nota

Como es de esperar, la crisis también deja huella en el Teléfono de la Esperanza. El aumento de llamadas relacionadas con esta situación es considerable. De enero a junio de este año las llamadas de este tipo se han incrementado en un 21% con respecto al mismo periodo del año anterior.

El aumento de llamadas es totalmente predecible ya que a veces los problemas económicos desembocan en el deterioro de las relaciones familiares y en problemas derivados del estrés o depresión, patologías producidas por tiempos de dificultad económica.

Desde la fundación del Teléfono de la Esperanza en 1971 por Serafín Madrid, que comenzó en Sevilla, la expansión de la organización ha sido muy amplia. Actualmente está presente en 24 provincias españolas, Oporto (Portugal) y 11 países de Latinoamérica.

Al tratarse de una Organización No Gubernamental la financiación depende, íntegramente, de las aportaciones de socios y entidades públicas o privadas. Reciben subvenciones de la Junta de Extremadura, aunque los mayores beneficios son los que le reportan los socios, y a través de la venta de la revista que editan llamada 'AVIVIR'.

En los últimos tiempos la importancia de la psicología es cada vez mayor. El colectivo alude a Sigmund Freud en su página web (www.telefonodelaesperaza.org) con la famosa cita «la ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como unas palabras bondadosas». Y es que no hay mejor forma de expresar la utilidad y eficacia del Teléfono de la Esperanza a los más incrédulos que a través de las palabras del creador del psicoanálisis.

Los datos son bastante significativos. Mientras que las consultas de carácter psicológico y psiquiátrico son las más solicitadas, los problemas de carácter religioso representan un porcentaje muy bajo, apenas un 0,06%. Las cifras son un buen ejemplo de las prioridades de la sociedad actual, donde los talleres de autoestima son los más solicitados y la crisis hace estragos. Resulta irónico que en la sociedad de la comunicación, muchas personas necesiten de la ayuda del Teléfono de la Esperanza para sentir que alguien les escucha. En tiempos difíciles el apoyo es imprescindible.

Si buscamos la palabra esperanza en el diccionario de la Real Academia de la lengua Española encontraremos la siguiente definición: «estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos». La esperanza no sólo inspira las canciones de Diego Torres sino que también es el motor por el que miles de personas siguen luchando a pesar de las adversidades.

Seguro que las 1.396 llamadas que atendieron de Mérida y su comarca en 2008 recibieron la atención que necesitaban para aliviar su preocupación. Porque en muchas ocasiones lo que necesitamos son unas simples palabras de aliento y conseguir la motivación necesaria para enfrentarnos a nuestros problemas sin que el miedo nos oprima el pecho y paralice nuestros objetivos.

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