sábado, 3 de enero de 2009

CUENTO SOBRE LOS REYES MAGOS

Los Reyes Magos son de verdad
Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el salón, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:- ¿Papá?- Sí hija, cuéntame- Oye quiero...que me digas la verdad- Claro hija. Siempre te la digo.- Respondió el padre un poco sorprendido- Es que..- titubeó Cristina- Dime hija, dime.-- Papá ¿existen los Reyes Magos?.-
El padre de Cristina se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?.-
La nueva pregunta de Cristina le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:- ¿Y tú qué crees, hija?- Yo no se, papá,.que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tu no me engañas, pero como las niñas dicen eso..- Mira hija efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero..- ¿Entonces es verdad?- , cortó la niña con los ojos humedecidos.- ¡Me habéis engañado!- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen,- respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Cristina- Entonces no lo entiendo papá.-- Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla.- dijo el padre mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Cristina se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño!. Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.-- ¡Oh, sí!.- exclamó Gaspar.- Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.-
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo.
El Niño Jesús que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?- ¡Oh, Señor!- dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero..no podemos tener tantos pajes..no existen tantos.-
- No os preocupéis por eso - dijo Dios - yo os voy a dar , no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.-- ¡Sería fantástico! ¿pero cómo es posible? - dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben de querer mucho a los niños?- preguntó Dios.- Sí claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?-- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje - respondieron cada vez más entusiasmados los tres.- Pues decidme, queridos Reyes, ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres? -
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.-
Cuando el padre de Cristina hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.-
Y corriendo se dirigió a su cuarto regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.-
Y todos se abrazaron mientras a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

3 comentarios:

teo dijo...

Hola amigos:Las fiestas Navideñas se acaban.Para finalizar este ciclo de Cuentos Navideños os envío otro sobre los Reyes Magos.Será el último..Espero que a partir de ahora los cuentos que vayamos publicando aborden otros temas relacionados con el Crecimiento Personal.Ánimo y esperamos vuestras colaboraciones con avidez.¡Ah!y que los Reyes Magos sean generosos con todos vosotros y os premie en este año con fuertes dosis de felicidad.

teo dijo...

QUE DIFICIL ES SER REY MAGO

La Conferencia de Regalos de Navidad de aquel año estaba llena hasta la bandera.A ella habían acudido todos los jugueteros del mundo y muchos otros que no eran jugueteros,pero que últimamente solían asistir,y los que no podían faltar nunca,los repartidores:los Tres Reyes Magos.Como todos los años las discusiones tratarían sobre qué tipo de juguetes eran más educativos o divertidos,cosa que mantenía durante horas discutiendo a unos jugueteros con otros,y sobre el tamaño de los juguetes.Sí,sí,sobre el tamaño discutían siempre,porque los Reyes se quejaban de que cada año hacían juguetes más grandes y les daba verdaderos problemas transportar todo aquello...
Pero algo ocurrió que hizo aquella Conferencia distinta de las anteriores:se coló un niño.Nunca jamás había habido ningún niño durante aquellas reuniones,y para cuando quisieron darse cuenta,un niño estaba sentado justo al lado de los Reyes Magos,sin que nadie fuera capaz de decir cuánto tiempo llevaba allí,que seguro que era mucho.Y mientras Gaspar discutía con un importante juguetero sobre el tamaño de una muñeca muy de moda,y éste le gritaba acaloradamente"¡gordinflón!,que si estuvieras más delgado más cosas te cabrían en el camello",el niño se puso en pie y dijo:
- Está bién,no discutáis.Yo entregaré todo lo que no puedan llevar los Reyes Magos.
Los asistentes rieron a carcajadas durante un buen rato sin hacerle ningún caso.Mientras reían el niño se levantó,dejó escapar una lagrimita y se fue de allí cabizbajo...
Aquella Navidad fue como casi todas,pero algo más fría.En la calle todo el mundo continuaba con sus vidas y no se oía hablar de todas las historias y cosas preciosas que ocurren en Navidad.Y cuando los niños recibieron sus regalos,apenas les hizo ilusión,y parecía que ya a nadie le importaba aquella fiesta.
En la Conferencia de regalos del año siguiente,todos estaban preocupados ante la creciente falta de ilusión con que se afrontaba aquella Navidad.Nuevamente comenzaron las discusiones de siempre,hasta que de pronto apareció por la puerta el niño de quién tanto se habían reído el año anterior,trste y cabizbajo.esta vez iba acompañado de su madre,una hermosa mujer.Al verla,los tres Reyes Magos dieron un brinco:"¡María!",y corriendo fueron a abrazarla.Luego,la mujer se acercó al estrado,tomó la palabra y dijo:
-Todos los años,mi hijo celebraba su cumpleaños con una gran fiesta,la mayor del mundo,y lo llenaba todo con sus mejores regalos para grandes y pequeños.Ahora dice que no quiere celebrarlo,que a ninguno de ustedes en realidad le gusta su fiesta,que sólo quieren otras cosas...¿se puede saber qué le han hecho?
La mayoría de los presentes empezaron a darse cuenta de la que habían liado.Entonces,un anciano juguetero,uno que nunca había hablado en aquellas reuniones,se acercó al niño,se puso de rodillas y dijo:
-Perdón,mi Dios;yo no quiero ningún otro regalo que no sean los tuyos.aunque no lo sabía,tú siempre habías estado entregando aquello que no podían llevar los Reyes Magos,ni nadie más:el AMOR,la PAZ y la ALEGRÏA.Y el año pasado los eché tanto de menos...perdóname.
Uno tras otro,todos fueron pidiendo perdón al niño,reconociendo que eran suyos los mejores regalos de la Navidad,esos que colman el corazón de las personas de buenos sentimientos,y hacen que cada Navidad el mundo sea un poquito mejor....

Anónimo dijo...

LAS DOS OVEJAS

Un pastor tenía 2 ovejas y estaba contento porque las 2 habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos.
Durante la noche el pastor encerraba sus 2 ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa.Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran.En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros.Y aquel día las soltó,como siempre y dejó a los corderitos en el corral.Es muy peligroso soltarlos tan pequeños.
Las 2 ovejas cruzaron el rio caminando sobre su firme lecho de piedras.Las aguas del río eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario.Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial.Las aguas descendieron de los cerros,se volcaron en los pequeños arroyos y llegaron turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla,porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían,para amamantar a sus crías y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de agua,sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla,esperando que las aguas bajaran,la otra se impacientó y comenzó a lamentarse:
"Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre,aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos".La compañera trató de calmarla:"No te impacientes,recuerda que ya vimos muchas crecidas en el río y siempre vimos las aguas descender,no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones,la oveja se arrojó al agua.El pastor la miraba impotente desde la orilla opuesta.La pobre oveja avanzó un par de metros,pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo.El pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente,que lo golpeaba contra todas las rocas salientes.Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante,pastor y oveja se miraban desde las dos orillas.El pastor que conocia bien los pasos menos peligrosos,entró al agua lenta y cuidadosamente,llegó hasta la otra orilla,ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el rio.
Los corderitos balaban en el corral,el pastor hizo que los dos huerfanitos mamaran de la oveja superviviente que se convirtió en su madre adoptiva.
(Sin esperanza es imposible tener paciencia,porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperadas.La impaciencia,con la que quieren alcanzarlo todo hoy,es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana).