Desperté en algún rincón de tu memoria.
sin más detuve el tiempo.
El sol del invierno, perezoso de frío,
vibró ante las mentiras del espejo.
Desperté del sueño interminable
y sonreíste en la penumbra
al hallar, como una flor en primavera,
a la novia que un día hiciste tú amante.
Sin que mustiase el luto las arrugas creadas
por los días corridos en la tez de tu rostro,
los veinte años volvieron tu memoria
hacía el otro lado de la luna,
dónde tú y yo, mágicos albores,
comenzamos un mundo de constantes sabores.
Repusiste juventud, en mi piel demacrada
Devolviéndome luz en tu mente extraviada.
Darilea.
Pd: A todos aquellos que se extraviaron en un camino sin regreso.
1 comentario:
Mil gracias, que la voz del silencio que habita en sus mentes se haga oir en la voz de los que sufren con ellos.
Con cariño Darilea
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